miércoles, 27 de noviembre de 2013

Y nada... (Segunda parte)

Ahora veamos la opción dos, esta es la segunda entrada, sí en este momento hay un extraño leyendo esto y quieres saber de qué carajos hablo, checa la entrada pasada.

Sí por otro lado decides cambiar, dices ok, vamos a arreglarnos un poco más, y lo haces, pero no importa que te pongas, o que te arregles, o que te quites, sigues viéndote a ti mismo mal, miras el espejo y simplemente lo que tienes puesto no encaja y cuando todo tu closet y maquillaje ha generado un mayor desastre, del que ya estaba, en tu habitación, decides ponerte exactamente lo mismo que te pones todos los días, lo que genera en ti un confort porque es lo que conoces. En caso contrario de que algo de lo que te hayas modificado te haya convencido, sales a la calle diciendo “A HUEVO, HOY ES EL DÍA”, y cuando pasas los primeros metros fuera de tu casa te das cuenta de que estas incómodo con lo que llevas puesto y si por casualidad llegas a pasar por un lugar que te muestra tu reflejo todo vale madres porque esa seguridad que tenías al principio se desvanece y dices “mierda ¿porque salí así?”.
Luego piensas ok quizá primero debas cambiar por dentro y luego por fuera, e intentas sonreír más y aceptarte, y tratas de convencerte de que eres una chingonería, las cosas parecen ir bien, siempre al principio las cosas parecen ir bien, y luego descubres que no es tan sencillo cambiar por dentro, porque si ese día maravilloso en el que dices hoy somos una cosa divina, no somos invisibles y nos vemos bien, y reflejamos seguridad y bla, bla, bla; sí en ese día metemos la pata en algo, lo que sea, toda esa supuesta seguridad vale madre y entonces te sientes cucaracha por ese error que cometiste, independientemente de si fue uno choncho, grande, mediano, pequeño o una estupidez.
Y por más cambios que intentas hacer nada te sale bien, porque nunca es suficiente, porque para uno mismo, uno mismo no es suficiente, y odio que me digan ¿no notas que eres importante para otras personas? El que yo sea importante para otras personas es porque la otra persona ha decidido hacerme importante en su vida, yo no decidí por esa persona, yo fui yo y algo de todo lo que hice lo hice bien y por eso esa persona decidió hacerme importante en su vida, mis acciones para con los demás es una cosa completamente diferente a como me veo yo a mí misma, así como es una cosa completamente diferente a como me ven las demás personas.
No es que no sepa que soy importante para otras personas, es que yo no soy importante para mí misma, si por mí fuera podrían atropellarme afuera de la universidad y el mundo sería un mundo mejor porque yo ya no estoy, desde mi perspectiva así es el asunto.
Luego está la respuesta de otra gente más “directa” que dice, si no te gusta tu forma de ser y tu persona y crees que el mundo sería mejor sí tú no estás ¿por qué no simplemente te borras del planeta y te dejas de chingaderas? La respuesta es más sencilla, o para mí lo es, porque me importa esa gente a la que le importo, una perdida es dolorosa, pero es mil veces más fácil de asimilar que moriste por causas ajenas a tu persona, a que la causa de muerte seas tú mismo, el decir “murió en un accidente/asalto/enfermedad/etc.” implica un no fue culpa de nadie y nadie pudo hacer nada por detenerlo, son cosas que no sabías que podrían pasar. Sin embargo, el decir “se quitó la vida” ejerce mucha culpa sobre la gente que rodeaba a esa persona, implica por lo tanto un “pude haber hecho algo, debí ponerle más atención, sí yo hubiera hecho X, Y o Z ella o él  estaría aun aquí”, y la realidad es que no es culpa de nadie, es culpa de uno mismo el desear hacer algo, pero la gente no nota eso.
¿Y cómo sé eso? Simple, lo intenté, y eso generó en mi familia una alerta permanente, a tal grado que yo no puedo decir “me siento triste” porque mis papás ya están pensando que voy a tirarme por un puente o algo así, no puedo tener una herida en el cuerpo (aun cuando en mi carrera son muy comunes) porque piensan que todas y cada una de ellas yo me las hago, aunque aquí tendrán algo de razón, y a todo eso se anexa una culpa impresionante que ellos se pusieron sobre sus hombros, “¿qué fue lo que hicimos mal para que no quisiera la vida que le dimos? ¿Qué no le dimos? ¿Qué pudimos hacer para modificarlo? ¿Tan malos padres somos? etc. El único problema real es que yo no me quiero a mi misma, no es que ellos no hayan sido buenos padres, son los mejores padres del universo, y no es que ellos no hayan hecho algo o que pudieron hacer algo, es algo completamente independiente de ellos.
Y nada… Al final del día, sigues siendo tu peor enemigo, y tienes que aprender a lidiar contigo mismo, cosas que tampoco es sencilla, aprendes a quererte un poquito, te elogias un poco cuando haces algo bien y tratas de no cagarte demasiado cuando metes la pata. Buscas cosas que te gusten para mejorar tu actitud a ti mismo y te fuerzas a hacer las cosas que quieres, con poco éxito, sobre todo si no salen como quieres, pero es poner un poco de tu parte para ti mismo.
Sí hay alguien que se tomó la molestia de leer todo esto, y te sientes de una forma similar a la mía, lo que puedo decir es tranquilo, hay días buenos y días malos, y te acostumbras a lidiar contigo mismo, aun cuando haya ocasiones en las que no te aguantes, disfruta al máximo tus días buenos, te ayudan a creer que no todo es tan malo. Si en cambio o además tienes esos deseos enormes de quitarte la vida como yo, lo único que puedo decirte es, no lo hagas, si en verdad te importa un poco la gente que te rodea.

Y por último deténganse a ver lo que los rodea, a veces la vida, dios, el karma, o como quieran llamarlo, te sorprende, y te dejan buenos sabores de boca, cada segundo de tu vida es valioso, aunque no queramos aceptarlo, aun cuando me odio a mí misma y soy mi peor enemiga, he aprendido a valorar el tiempo y los momentos que vivo, y ese fue mi error con anterioridad, no detenerme a ver lo que había a mi alrededor, quizá ya no me odie tanto como antes, no solo porque aprendí a vivir conmigo, sino también porque trato de disfrutarme a mí con mis defectos y cosas que aborrezco, no todo en mi puede ser tan malo o al menos eso me repito.

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